En el lenguaje humano hay palabras vacías y palabras que nos hacen mejores personas si somos capaces de aplicarlas en la vida. Una de ellas es el verbo “servir”.

Según la RAE, servir significa “Estar al servicio de alguien”. Esta locución verbal no es, ni más ni menos, que estar a disposición de alguien.

Viéndolo así, qué difícil es servir de verdad, no como una sumisión hacia alguien considerado superior al que hay que complacer, sino como un ofrecimiento al prójimo que nos necesita.

Hay muchas formas de servir. Desde nuestra individualidad podemos ayudar a los demás en muchos aspectos: económico, social, físico e incluso espiritualmente. Desde la Fundació Scout Sant Jordi intentamos dar un verdadero sentido a esta expresión, ya que el servicio hacia los demás es inherente a aquel que se considera un verdadero scout.

Los actos de servicio pueden ser muy grandes, de enorme trascendencia, pero también son necesarios los pequeños actos de servicio del día a día, y no por ello debemos dejar de prestar nuestra ayuda a alguien por considerar que es muy poco lo que podemos hacer. Un pequeño gesto de bondad puede ayudar a otro a resolver un gran problema. El servicio a los demás nos hace menos egoístas y, cuando pensamos en los problemas de los demás, relativizamos los nuestros y parecen ser menos serios. En realidad es posible que lo sean.

En ese sentido, los miembros de la Fundació Scout Sant Jordi siempre estamos listos para servir, siempre estamos dispuestos a hacer aquello que otro necesita si está en nuestras manos el poder ayudar. Ayudar a nuestros familiares, a nuestros amigos, a nuestros vecinos. Ayudar en nuestro grupo scout, y en otro grupo al que no pertenecemos. Ayudar en el trabajo, en la calle. En definitiva, ayudar al prójimo es servir, y es poner en práctica la Ley Scout cuando dice: “El scout es útil y ayuda a los demás”.

¿Qué podemos contar de nuestro servicio? No todo se debe contar. Hay acciones de servicio que deben quedar en el ámbito de uno mismo, sin enaltecernos por haberlo hecho. Pero sí podemos poner algún ejemplo de nuestro servicio como entidad dirigida a servir al escultismo.

Por ejemplo, el pasado 27 de enero, dentro de los eventos que el Moviment Escolta de Valencia está realizando para celebrar el 60 aniversario de su creación, la Fundació Scout Sant Jordi colaboró en la organización del Día del árbol que tuvo lugar en el Centro Scout Casa Oraá en Moixent.

El MEV encargó a la FSSJ la logística del evento: búsqueda, compra y transporte de 60 árboles adecuados para plantar en el entorno de Casa Oraá; contratación de la máquina para ejecutar los hoyos para la plantación, disposición de depósitos de agua para el primer riego, instalación del riego por goteo, reportaje audiovisual del evento, y cómo no, los fantásticos arroces elaborados por uno de nuestros chefs de lujo, con la inestimable ayuda de consortes y comités de algún grupo.

También dentro del 60 aniversario del MEV, la FSSJ ha llevado a cabo el servicio de restauración (servicio en el sentido de la ayuda prestada, y también en el sentido de atención al público detrás de la barra del bar) en el XXXIV Festival de la canción Scout celebrado el pasado 10 de febrero en las Escuelas San José de Valencia.

La FSSJ aceptó el reto del MEV para planificar la gestión del bar, programando las compras de comida, bebida, logística de cocina, caja, y toda la infraestructura necesaria para llevar a buen puerto el resultado del bar.

La FSSJ pudo contar con la colaboración de varios Comités de grupo, que también realizaron un gran “servicio”, montando el bar, cocinando, cobrando, sirviendo, fregando, recogiendo, y nuevamente, ofreciendo esas magníficas paellas que hacen las delicias de cualquiera.

Todo esto también es servicio a los demás, hecho con humildad, con generosidad, de forma desinteresada. Al fin y al cabo, es una parte de lo que nos enseña el escultismo, a estar Siempre listo para servir.

Como dijo la Madre Teresa de Calcuta: “El que no vive para servir, no sirve para vivir”.

Pedro Tamarit
Presidente de la Fundació Scout Sant Jordi